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Domingo, 06 Octubre 2024

                              

Martín Prado: el sanrafaelino misionero que logro que el papa Francisco visitara Papúa


El papa Francisco vive su viaje internacional número 45 en el que llegará a los 65 países visitados. El mundo enteró hablará de este viaje por siempre.

El papa Francisco, pese a no visitar a su país natal, Argentina, se vio influenciado por un compatriota suyo para que emprendiera el viaje más largo de su papado, un tour religioso oficial que lo aleja del Vaticano para llevarlo varios países de Asia, Oceanía y donde la Iglesia católica es minoría y dónde países como Indonesia son mayoritariamente musulmanes.

De acuerdo a información oficial difundida por la agencia de noticias EFE, fue el misionero argentino, el cura Martín Prado, quién influenció al papa Francisco para que a sus 87 años y en silla de ruedas haya aceptado este enorme viaje.

"Si viajo a Papúa Nueva Guinea, voy a Vánimo", así se lo aseguró el papa Francisco al misionero argentino Martín Prado, reportó EFE.

Tras el inicio del viaje el pasado 2 de septiembre hasta el 13 de septiembre, el papa Francisco cumplirá su primera visita el 8 de septiembre cuando se desplace en avión para pasar sólo unas horas en este remoto puerto del Pacífico en medio de la selva.

"Sí, sí, me dijo que si iba a Papúa, venía a Vánimo, a ver lo qué yo hacía. Ni habrá pensado cuántos kilómetros, ni lo lejos que está. Tiene un gran corazón por los más necesitados. Creo que este viaje es una respuesta a los más alejados, a las periferias", comentó el cura y misionero argentino desde Papúa.

Martín María Prado tiene 35 años, es sacerdote y misionero argentino del Instituto Verbo Encarnado, como parte de su vocación por los demás y en su entrega al amor a Dios y por ende al prójimo, se fue a vivir a Papúa Nueva Guinea, desde donde difunde la palabra y el mensaje de Dios a todos los habitantes de Vánimo.

Por medio de sus redes sociales sube videos en los que envía mensajes para que más gente se sume al turismo en Vánimo y ayuden así a la población a salir adelante y a poyen a la diócesis de Vánimo en plena zona selvática de Papúa Nueva Guinea.

"Papúa Nueva Guinea es una isla muy olvidada en un rincón del mundo. Es un ecosistema de una gran biodiversidad y todavía muy bien conservado en su estado natural. Esta es una riqueza que los pueblos nativos han sabido aprovechar muy bien y han aprendido a cuidarla", dijo el sacerdote argentino para el sitio web Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Y agregó,"en la isla no hay rutas que comuniquen una provincia con otra. La falta de caminos ha hecho que la cultura, el desarrollo y la evangelización se hagan difícil allí".

El padre Martín Prado se roba las miradas del mundo tras conocerse que gracias a su conexión con el papa Francisco, por su trabajo y nacionalidad en común, hoy el sumo pontífice hace parte de un viaje del que el mundo hablará por milenios.

Francisco viajará a Vánimo desde Port Moresby en avión, en un vuelo de unos 40 minutos, para estar apenas dos horas y saludar a los fieles en la explanada frente a la Catedral de la Santa Cruz y después reunirse con los miembros de la Iglesia en la Escuela de Humanidades Santísima Trinidad, pues el pontífice financió su construcción.

Destaca el misionero que en esta pequeña localidad, de unas 9.000 personas, a la que se llega sólo en avión porque no hay ni carreteras, se están preparando "un poco como pueden", "de una manera muy simple pero muy linda" porque "en este lugar no hay nada, ni agua corriente, ni electricidad, ni aire acondicionado, ni grandes locales...", así que han preparado la cancha de fútbol para recibir a Francisco.

El padre Martín, que lleva en Papúa Nueva Guinea desde hace 10 años, conoce al papa desde 2019 cuando decidió emprender la aventura de ir a Roma con un grupo de fieles de Vánimo y que concluyó con el papa que les recibió en su residencia de Santa Marta y la promesa de un viaje.

"A mí ni se me pasaba por la cabeza, pero un sacerdote amigo me dijo que ya que estaba en Roma que le escribiese una carta y se la dejara en la residencia donde vive, en la Casa Santa Marta, y el papa respondió. Para mí era algo imposible. Estaba de vacaciones, pero nos dijo que nos quería recibir y saludar. Le sorprendió que viniéramos de tan lejos. Y bueno, creo que ahí comenzó todo", relata.

Los católicos de Vánimo, gente muy sencilla, que vive con muy poco," aunque no comprenden la importancia porque no siguen los medios de comunicación", explica Pardo, están "todos súper contentos, muy entusiasmados, queriendo participar en las distintas iniciativas".

"Esperan al papa de un modo muy familiar y cercano. Dicen: 'tenemos que decirle esto o aquello' y bueno, ellos no entienden de protocolos y creen que se van a poder acercar todos. Están muy expectantes, también los no católicos", señala.

Para ellos "Roma está muy lejos pero saben que esto que va a pasar es algo muy grande. De eso son muy conscientes y están preparando todo ellos, limpiando el pueblo, cortando el pasto con machetes o vendiendo el oro que encuentran para pagarse el viaje..." porque, lamenta, no han tenido ayuda del Gobierno por ahora.

Han organizado cantos y danzas tradicionales, "que es algo de lo la gente de aquí está más orgullosa" y preparado los carteles de bienvenida con cañas de bambú. Espera que el papa se lleve "una buena impresión después de tanto esfuerzo" y que "se pueda llevar una buena alegría" y además de los habitantes de Vánimo "van a venir otros de más lejos caminando o en canoas".

En esta sencilla ceremonia, el papa se reunirá privadamente con los catequistas porque "son muy importantes aquí" pues "hay lugares en los que sólo una vez al mes se puede celebrar misa". Desea que la visita del papa Francisco sirva a esta pequeña comunidad católica a "que nos reafirme en la fe".
Fuente: EFE.

  

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