Es preocupante que cada vez sean más los menores que trabajan como vendedores ambulantes. Es un suceso que ocurre en todo el mundo, pero no hay que ir muy lejos para conocer esta realidad.
San Rafael es uno de los lugares en donde puede verse esta situación diariamente, donde se observa a adolescentes y niños de aproximadamente 6 o 7 años caminando solos por las calles del centro de nuestra ciudad, intentando vender particularmente en las cafeterías algunos productos que comercializan, como la típica media.
Es muy triste ver que durante el tiempo en el que deberían estar en la escuela, jugando, socializando con otros niños o haciendo algún deporte, lo ocupen para mantener la economía de su familia.
Los que son adolescentes, cuentan que es algo que comenzaron a realizar desde pequeños. Esto quiere decir, que ya desde una edad temprana les inculcaron que es algo que debían hacer, por el solo hecho de que para sobrevivir cada integrante de la familia debe trabajar.
El trabajo infantil sin dudas, perjudica el desarrollo físico y mental de los niños y de los adolescentes. En todo el mundo se realizan acciones para tratar de frenarlo, pero mientras tanto continúa siendo una problemática.
Cual sería el rol del estado municipal, provincial y nacional en estos casos, al parecer ninguno, ya que tanto los niños como los adolescentes andan por la calles ofreciendo distintos artículos como si nada.
